Preguntas frecuentes

 No. A veces basta con una incomodidad, una repetición, o simplemente el deseo de entender algo que no termina de encajar. 

 Todo aquello que afecta al sujeto: angustia, inhibiciones, bloqueos, duelos, síntomas sin explicación, insatisfacción amorosa, entre otros. 

 Sí, siempre que ambos estén dispuestos a sostener un espacio de palabra. 

 Es un primer encuentro sin compromiso, para hablar, ser escuchado y decidir si tiene sentido comenzar un proceso. 

 A través de la palabra. No se dan consejos ni soluciones: se escucha lo que se dice y se repite, para abrir nuevos caminos. 

 Es el fundamento del acto analítico: se respeta la singularidad del sujeto, su palabra, su tiempo y su deseo. 

 Sí. El análisis no promete una felicidad plena, pero sí una vida más vivible y más propia. 

 No. El psicoanálisis no busca corregir conductas ni adaptar a normas, sino escuchar el deseo y el inconsciente. 

 No hay duración fija. Se acuerda caso por caso, al ritmo del analizante. 

 Ambas modalidades son posibles. Se resguarda la confidencialidad y la seriedad en cualquiera de las dos.